La europeización estadounidense del sector biotecnológico

La europeización estadounidense del sector biotecnológico
ARTÍCULOS – Publicado en El Economista (18/08/2022) por Armando Cuesta
Pocas son las industrias donde la hegemonía americana es tan clara como la Biotecnológica y su desarrollo podría estar en jaque por una decisión política que modifica el modelo americano para que se parezca cada vez más al europeo.
Este sector crea más de 40 nuevos medicamentos al año de media, muchos ellos de gran relevancia a nivel médico por su capacidad terapéutica. En cifras absolutas, el 90% de los nuevos medicamentos que son aprobados son de origen estadounidense, y esto no es casualidad. La razón obedece al binomio entre una élite científica perteneciente a la Ivy League americana y un sistema capitalista que lo hace florecer, a pesar de los altos riesgos que esto entraña.
De cada 10.000 moléculas potenciales descubiertas en el laboratorio, sólo una llega a sortear todos los estudios necesarios para su aprobación última como medicamento. Este proceso supone unos costes medios de más de 1.000 millones de dólares y, como consecuencia de los niveles de inversión requeridos para su desarrollo, exige altos retornos para los inversores.
Todo este engranaje ha funcionado a la perfección en Estados Unidos hasta este momento, a diferencia de lo que viene ocurriendo en Europa.

El precedente europeo

En el Viejo Continente existen imposiciones arbitrarias de precios a los medicamentos aprobados por los agentes regulatorios, lo que reduce los retornos y pone en jaque las inversiones que se produzcan en investigación y desarrollo.
Este freno al libre mercado en los precios hasta la expiración de la patente y su conversión en medicamento genérico puede imponerse también en Estados Unidos y hace temblar a una industria clave.
Recientemente el Senado americano ratificó la ley estrella propuesta por el presidente de país, Joe Biden, que entre otras cosas, introducía una rebaja sustancial para buena parte de los medicamentos que se comercializan en el país.

La norma introduce por primera vez el control de los precios de los medicamentos más costosos.

La norma salió adelante con la mínima mayoría de los apoyos de los demócratas en el Senado y fue finalmente ratificada por el Congreso solo unos días después y también de forma muy ajustada. Tanto fue así que el límite del precio de la insulina, uno de los puntos clave de la norma, no salió adelante al exigir una mayoría reforzada.
Si bien esta futura ley tiene aspectos positivos, introduce un precedente peligroso para la industria. La norma introduce por primera vez el control de los precios de los medicamentos más costosos. Se estima que esta medida podría beneficiar a aproximadamente un millón de personas que cumplen todos los requisitos necesarios que se establecen para beneficiarse de estos descuentos. Sin embargo, la realidad es bien distinta.
El mercado sospecha que las farmacéuticas introducirán un incremento en el precio inicial para poder incurrir en pérdidas a posteriori, es decir, la rebaja podría quedarse en papel mojado. Además, y más importante, se introduce la idea de que el mercado de los precios farmacéuticos será intervenido poniendo fin al libre mercado.
Sea como fuere, los verdaderos culpables de que los medicamentos se encarezcan y de que se introduzcan este tipo de normativas para tratar de facilitar el acceso a los mismos a todo tipo de personas no son las biotecnológicas que trabajan en el desarrollo del producto y a las que realmente perjudica esta decisión. La existencia de middle-man, principalmente aseguradoras y PBM (negocian los precios con las distribuidoras) y que están en la cadena de valor entre el consumidor y la farmacéutica, obligan a regular los precios al encarecerlos de forma opaca. Un lastre más a un sector clave tanto para la inversión como para el día a día de la sociedad.
Este mismo experimento que ahora se lleva a cabo en Estados Unidos tiene un peligroso precedente en Europa y las consecuencias están a la vista de todos: el Viejo Continente dejó de ser la locomotora en innovación de medicamentos cediendo el paso a el rey del libre mercado, hasta ahora.